Algunos antecedentes históricos de
los Sistemas Musicales en las Culturas Ancestrales avanzadas
Un SISTEMA, palabra derivada de: syn,
con; istêmi, colocar; es un conjunto de principios -verdaderos
o falsos-, reunidos convencionalmente para formar un cuerpo
de doctrina, obtener un resultado o integrar una organización.
Cuando estos principios organizativos se refieren o
afectan al campo de los sonidos tenemos como resultado un Sistema
Musical;
el cual consiste en una selección y organización convencional de sonidos para
obtener un principio de comunicación y lograr determinados resultados y
propósitos musicales. La música desde sus orígenes, ha sido y es un dinámico y permanente
Proceso Sistémico de Comunicación entre los seres humanos que nos ocupamos de las más
variadas actividades y profesiones. Se ha afirmado que: La música, acompaña e ilumina nuestras vidas; es una continua presencia a
la cual, el hombre no puede renunciar...
Es indudable que desde los tiempos más remotos, las finalidades mágicas,
rituales, ceremoniales y religiosas de la música pueden comprobarse a través de
múltiples fuentes de documentación; y continúan jugando un papel muy importante
en los sentimientos religiosos y en las ceremonias, ritos, usos, costumbres y
tradiciones de los hombres y sociedades de nuestros tiempos*.
Como opina el distinguido teórico Don Manuel Valls Gorina*: ...Nuestra vida está inmersa en un universo invisible de vibraciones y rodeada de una constante nebulosa sonora... de la cual el hombre, a través del tiempo y partiendo de criterios muy variados, ha seleccionado grupos de sonidos y los ha organizado de diferentes maneras sistémicas para convertirlos en formas de comunicación efectiva de simbolismos, creencias y significados mágicos, rituales y ceremoniales.
Al mismo tiempo, es un Instrumento de Viento o Aerófono:
serán sus pulmones, grandes fuelles y el sistema respiratorio en su conjunto,
el encargado de expulsar con fuerza las columnas de aire que producirán
sonidos.
También, es un Instrumento de Percusión o Idiófono, sometido al constante
regulador de su ritmo –el corazón-, y
con posibilidades de producir con su propio cuerpo, efectos de palmas, pateos,
chasquidos y todo tipo de sonidos percusivos.
Más aún, sobre todas esas facultades el
hombre, con su cerebro e inteligencia crea, produce, selecciona, organiza,
coordina y reproduce los más variados ritmos, líneas melódicas y armónicas o de
acompañamiento.
De esta manera, cuando el hombre, desde el
paleolítico, haciendo uso de la energía específica ó fosfeno*, de la psicología humana y a lo largo de la
historia, inventa, desarrolla y recurre a los múltiples instrumentos diseñados
por su imaginación, genera -al decir de Marshall McLuhan-, “extensiones,
prolongaciones” o vehículos perfeccionadores de sus propias e inherentes
facultades musicales*.
Desde los tiempos
más remotos el hombre se sirvió de su gran instrumento: la voz humana y de los sonidos obtenidos por el choque repetido
de varios cuerpos sólidos, troncos huecos, piedras, semillas secas, conchas
marinas... a partir de sus propias palmadas, para comunicarse práctica y
espiritualmente, con sus semejantes
y: “…expresar por medio del sonido
la alegría y el dolor de vivir, el deseo
de amar y de rezar; y siempre ha sentido la necesidad del canto y de la
danza”...
La evolución de
nuestro actual Sistema Musical
Occidental: ...no es más que la historia de un proceso convencional y selectivo de
vibraciones audibles (Sonidos), encaminado
a obtener una superior precisión y control de la emisión de ciertas Alturas
escogidas como Fundamentales o Grados de una Escala, los cuales en nuestra cultura
se llaman Notas (Valls, ob.cit. 22).
Valiéndose de otro proceso comunicacional muy antiguo, como lo ha sido
el grabado pictórico, nuestros
antepasados nos dejaron plasmadas en imágenes las evidencias y pruebas de su actividad musical ancestral íntimamente
ligada a procesos funcionales, ceremoniales, mágicos, rituales y comunicativos.
Nos referimos al dibujo del grabado* mural que hemos presentado, el cual
pertenece al Período Paleolítico
Superior -primer período
prehistórico de la humanidad-, existente en la gruta de Les
Trois-Frères, o Caverna de los
Tres Hermanos*, ubicada cerca de la pequeña población de
Montesquieu-Avantès, en el departamento de L`Ariège, al sur de Francia, en la región de Midi-Pyrénées,
distrito de Saint-Girons y cuya antigüedad se ha fijado en más de 15.500
años a.C.; a partir del momento en el cual el cro-magnon u Homo sapiens es capaz de imitar los distintos sonidos de la
naturaleza y establecer la diferencia entre estos y los sonidos que constituían
la estructura de su lenguaje.
Aparece así el llamado Homo Musicus y con él, las primeras expresiones musicales asociadas a un hecho colectivo*.
En dicho grabado, notamos además, que la danza y las máscaras rituales, se nos revelan como los usos y artes más antiguas y uno de los factores determinantes para el desarrollo específico del arte musical.
Para el hombre y las culturas primitivas, la
Música no es un Arte: es un Poder, cuya fuerza la ubica en el origen mismo del
mundo.
Y esto sucede porque la música es –citando al
maestro Jaime Pahissa*- ...un
arte maravilloso y diverso, ideal y paradójico. Por un lado es el más
espiritual y abstracto, sus creaciones son inmateriales y puramente
imaginativas; pero, por otro lado, sus obras son las que producen una impresión
más directa y positiva, más sensual, más fisiológica, diríamos, sobre la
sensibilidad del hombre... Y si por una parte su lenguaje es el más universal,
extensible a todo país y raza, por otra, en sus manifestaciones más elevadas,
es el menos accesible a la masa común de los hombres, es decir, que no todos
los hombres son igualmente sensibles a su hermética belleza. Además, la música
requiere una técnica compleja y difícil. Y ésta ofrece dos aspectos: uno, el
estético y teórico de tipo general; otro, el puramente técnico y de carácter
científico...
Las primeras referencias concretas y noticias positivas y evidentes
acerca de Sistemas Musicales y
de una práctica musical organizada como tal, provienen de los territorios
ubicados entre los ríos Eufrates y Tigris (actualmente, Irak), donde los sumerios* desarrollaron una actividad musical de
carácter fundamentalmente, religioso y litúrgico-ceremonial.
Así mismo, el invento y uso del Pentacordio,
instrumento musical de uso ritual, cuyas cuerdas eran pulsadas a través de una
quijada de perro en lugar de plectro; se atribuye a los Escitas, pueblo
bárbaro de Europa oriental y Asia occidental, quienes habitaban en la antigua
región llamada Escitia (Mikrá Skthia) comprendida entre el río Danubio, al Norte y el Mar
Negro o Ponto Euxino, al Este.
También la
China y la India, nos ofrecen antecedentes de prácticas músico-rituales
religiosas de muy antigua data. Los chinos, así como los sumerios, persas y los
indios (indos o indianos), seleccionaron sonidos y representaron sus valores
respectivos, por medio de señales y signos, muchos de ellos para nosotros
todavía incomprensibles, a pesar de los avanzados estudios modernos.
Además,
desconocemos detalles de su ciencia
musical, aún cuando podemos suponer con bases ciertas, que la civilización
sumeria, la cual desarrolló la escritura y perfeccionó e impulsó las
artes de la alfarería y la fundición; levantó templos para los rituales en los
cuales los sacerdotes, astrólogos, matemáticos y músicos desarrollaron el arte
de los Himnos o Himnodia para
rendir culto a la divinidad. De hecho, el uso de la melodía llamada kalutu,
hace pensar en las reiteraciones salmódicas en las cuales, las palabras determinaban el ritmo de la sucesión de
sílabas en el tono de recitación o Salmodia: una especie de canto
responsorial con intervenciones del sacerdote y respuestas de un coro de
oficiantes e incluso, con la participación de instrumentos musicales tales
como, flauta llamada tigtigi; una suerte de oboes ó zagsal; e
instrumentos de percusión como, un gran tambor nombrado balag y timbales
pequeños llamados, lilis y ub.
*Abad Pierre Bourdelot
(1610-1685), Histoire de la Musique, Amsterdam 1725.
*Fosfeno: fenómeno
que ocurre, cuando por ejemplo, nos golpeamos un ojo a oscuras y vemos una
especie de luz.
*El abad y
destacado arqueólogo Henri Breuil (1877-1961), estudió
detalladamente la gruta y realizó los magníficos dibujos de sus grabados magdalenienses.
*Descubierta el 20 de
julio de 1912 por Max (1893-1961), Jacques y Louis Bégouën; hijos del
Conde Henri de Bégouën (1863-1956).
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