lunes, 24 de marzo de 2014

LA ACTIVIDAD MUSICAL DEL HOMBRE


Algunos antecedentes históricos de los Sistemas Musicales en las Culturas Ancestrales avanzadas

Un SISTEMA, palabra derivada de: syn, con; istêmi, colocar; es un conjunto de principios -verdaderos o falsos-, reunidos convencionalmente para formar un cuerpo de doctrina, obtener un resultado o integrar una organización.

Cuando estos principios organizativos se refieren o afectan al campo de los sonidos tenemos como resultado un Sistema Musical; el cual consiste en una selección y organización convencional de sonidos para obtener un principio de comunicación y lograr determinados resultados y propósitos musicales. La música desde sus orígenes, ha sido y es un dinámico y permanente Proceso Sistémico de Comunicación entre los seres humanos que nos ocupamos de las más variadas actividades y profesiones. Se ha afirmado que: La música, acompaña e ilumina nuestras vidas; es una continua presencia a la cual, el hombre no puede renunciar... Es indudable que desde los tiempos más remotos, las finalidades mágicas, rituales, ceremoniales y religiosas de la música pueden comprobarse a través de múltiples fuentes de documentación; y continúan jugando un papel muy importante en los sentimientos religiosos y en las ceremonias, ritos, usos, costumbres y tradiciones de los hombres y sociedades de nuestros tiempos*.
 Como opina el distinguido teórico Don Manuel Valls Gorina*: ...Nuestra vida está inmersa en un universo invisible de vibraciones y rodeada de una constante nebulosa sonora... de la cual el hombre, a través del tiempo y partiendo de criterios muy variados, ha seleccionado grupos de sonidos y los ha organizado de diferentes maneras sistémicas para convertirlos en formas de comunicación efectiva de simbolismos, creencias y significados mágicos, rituales y ceremoniales.
          El hombre en sí mismo, ha sido y sigue siendo el primero, más importante, maravilloso y complejo de los instrumentos musicales. Se comporta como Instrumento de Cuerdas o Cordófono, ya que son sus cuerdas vocales -la boca como caja de resonancia y sus numerosos músculos y tendones-, los participantes directos en la producción de la voz y de los más variados sonidos guturales.

Al mismo tiempo, es un Instrumento de Viento o Aerófono: serán sus pulmones, grandes fuelles y el sistema respiratorio en su conjunto, el encargado de expulsar con fuerza las columnas de aire que producirán sonidos.    

También, es un Instrumento de Percusión o Idiófono, sometido al constante regulador de su ritmo –el corazón-, y con posibilidades de producir con su propio cuerpo, efectos de palmas, pateos, chasquidos y todo tipo de sonidos percusivos.

Más aún, sobre todas esas facultades el hombre, con su cerebro e inteligencia crea, produce, selecciona, organiza, coordina y reproduce los más variados ritmos, líneas melódicas y armónicas o de acompañamiento.

De esta manera, cuando el hombre, desde el paleolítico, haciendo uso de la energía específica ó fosfeno*, de la psicología humana y a lo largo de la historia, inventa, desarrolla y recurre a los múltiples instrumentos diseñados por su imaginación, genera -al decir de Marshall McLuhan-, “extensiones, prolongaciones” o vehículos perfeccionadores de sus propias e inherentes facultades musicales*.

Desde los tiempos más remotos el hombre se sirvió de su gran instrumento: la voz humana y de los sonidos obtenidos por el choque repetido de varios cuerpos sólidos, troncos huecos, piedras, semillas secas, conchas marinas... a partir de sus propias palmadas, para comunicarse práctica y espiritualmente, con sus semejantes y: “…expresar por medio del sonido la alegría y el dolor de vivir, el deseo de amar y de rezar; y siempre ha sentido la necesidad del canto y de la danza”...

La evolución de nuestro actual Sistema Musical Occidental: ...no es más que la historia de un proceso convencional y selectivo de vibraciones audibles (Sonidos), encaminado a obtener una superior precisión y control de la emisión de ciertas Alturas escogidas como Fundamentales o Grados de una Escala, los cuales en nuestra cultura se llaman Notas (Valls, ob.cit. 22).
Valiéndose de otro proceso comunicacional muy antiguo, como lo ha sido el grabado pictórico, nuestros antepasados nos dejaron plasmadas en imágenes las evidencias y pruebas de su actividad musical ancestral íntimamente ligada a procesos funcionales, ceremoniales, mágicos, rituales y comunicativos. Nos referimos al dibujo del grabado* mural que hemos presentado, el cual pertenece al Período Paleolítico Superior -primer período prehistórico de la humanidad-, existente en la gruta de Les Trois-Frères, o Caverna de los Tres Hermanos*, ubicada cerca de la pequeña población de Montesquieu-Avantès, en el departamento de L`Ariège, al sur de Francia, en la región de Midi-Pyrénées, distrito de Saint-Girons y cuya antigüedad se ha fijado en más de 15.500 años a.C.; a partir del momento en el cual el cro-magnon u Homo sapiens es capaz de imitar los distintos sonidos de la naturaleza y establecer la diferencia entre estos y los sonidos que constituían la estructura de su lenguaje.
 Aparece así el llamado Homo Musicus y con él, las primeras expresiones musicales asociadas a un hecho colectivo*.
 En dicho grabado, notamos además, que la danza y las máscaras rituales, se nos revelan como los usos y artes más antiguas y uno de los factores determinantes para el desarrollo específico del arte musical. 
 En este sentido, también nos aportan informaciones relevantes, los numerosos instrumentos: arpas de arco, liras de pie sumerias del siglo XXVII a.C., reproducciones de liras de mano babilónicas (c.1800 a.C.), vasos, utensilios y pinturas, cerámicas minoicas de Creta que muestran arpas dobles e instrumentos de viento (c.1400 a.C.), provenientes de pueblos y culturas orientales milenarias, que nos documentan la íntima relación existente en dichas sociedades, entre la música, la danza, la magia y los ritos y creencias.

Para el hombre y las culturas primitivas, la Música no es un Arte: es un Poder, cuya fuerza la ubica en el origen mismo del mundo.

Y esto sucede porque la música es –citando al maestro Jaime Pahissa*- ...un arte maravilloso y diverso, ideal y paradójico. Por un lado es el más espiritual y abstracto, sus creaciones son inmateriales y puramente imaginativas; pero, por otro lado, sus obras son las que producen una impresión más directa y positiva, más sensual, más fisiológica, diríamos, sobre la sensibilidad del hombre... Y si por una parte su lenguaje es el más universal, extensible a todo país y raza, por otra, en sus manifestaciones más elevadas, es el menos accesible a la masa común de los hombres, es decir, que no todos los hombres son igualmente sensibles a su hermética belleza. Además, la música requiere una técnica compleja y difícil. Y ésta ofrece dos aspectos: uno, el estético y teórico de tipo general; otro, el puramente técnico y de carácter científico...

Las primeras referencias concretas y noticias positivas y evidentes acerca de Sistemas Musicales y de una práctica musical organizada como tal, provienen de los territorios ubicados entre los ríos Eufrates y Tigris (actualmente, Irak), donde los sumerios* desarrollaron una actividad musical de carácter fundamentalmente, religioso y litúrgico-ceremonial.

Así mismo, el invento y uso del Pentacordio, instrumento musical de uso ritual, cuyas cuerdas eran pulsadas a través de una quijada de perro en lugar de plectro; se atribuye a los Escitas, pueblo bárbaro de Europa oriental y Asia occidental, quienes habitaban en la antigua región llamada Escitia (Mikrá Skthia) comprendida entre el río Danubio, al Norte y el Mar Negro o Ponto Euxino, al Este.

También la China y la India, nos ofrecen antecedentes de prácticas músico-rituales religiosas de muy antigua data. Los chinos, así como los sumerios, persas y los indios (indos o indianos), seleccionaron sonidos y representaron sus valores respectivos, por medio de señales y signos, muchos de ellos para nosotros todavía incomprensibles, a pesar de los avanzados estudios modernos.

Además, desconocemos detalles de su ciencia musical, aún cuando podemos suponer con bases ciertas, que la civilización sumeria, la cual desarrolló la escritura y perfeccionó e impulsó las artes de la alfarería y la fundición; levantó templos para los rituales en los cuales los sacerdotes, astrólogos, matemáticos y músicos desarrollaron el arte de los Himnos o Himnodia para rendir culto a la divinidad. De hecho, el uso de la melodía llamada kalutu, hace pensar en las reiteraciones salmódicas en las cuales, las palabras determinaban el ritmo de la sucesión de sílabas en el tono de recitación o Salmodia: una especie de canto responsorial con intervenciones del sacerdote y respuestas de un coro de oficiantes e incluso, con la participación de instrumentos musicales tales como, flauta llamada tigtigi; una suerte de oboes ó zagsal; e instrumentos de percusión como, un gran tambor nombrado balag y timbales pequeños llamados, lilis y ub.



*Abad Pierre Bourdelot (1610-1685), Histoire de la Musique, Amsterdam 1725.
*Manuel Valls Gorina (1920-1984), El Mon prodigiòs de la música, Edit. Bruguera, Barcelona 1963.
*Fosfeno: fenómeno que ocurre, cuando por ejemplo, nos golpeamos un ojo a oscuras y vemos una especie de luz.
*Marshall McLuhan (1911-1980), The Medium is the Message, 1967.
*El abad y destacado arqueólogo Henri Breuil (1877-1961), estudió detalladamente la gruta y realizó los magníficos dibujos de sus grabados magdalenienses.
*Descubierta el 20 de julio de 1912 por Max (1893-1961), Jacques y Louis Bégouën; hijos del Conde Henri de Bégouën (1863-1956).
*El Mundo de la Música, Grupo Edit. Océano, España.
*Jaime Pahissa (1880-1969), Espíritu y Cuerpo de la Música, Buenos Aires, 1945.
*Sumerios: primitivos habitantes de la región Mesopotámica, a finales de la Edad de Piedra.

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