miércoles, 25 de junio de 2014

SOBRE VINOS, CANCIONES Y FADOS (VII)

Sobre Vinos, Canciones y Fados (VII)


Como en estas notas he abundado en detalles y comentarios históricos, en esta entrega prefiero traerles a continuación, la letra de una canción francesa del siglo XVIII conocida con el título de El Regreso del Marinero en la cual encontramos magníficas referencias al Vino Blanco y les recomiendo este Branco Quinta Do Carmo, joven, fresco y espectacular!.
Dice la vieja canción:

El Pobre marinero regresa de la guerra,
Lentamente, lentamente...
Mal calzado, mal vestido, Pobre marinero de dónde regresas,
Lentamente, lentamente...
Mi señora, regreso de la guerra,
Lentamente, lentamente...
Que me traigan Vino blanco, Que el marinero bebe de paso,
Lentamente, lentamente...
El valiente marinero se puso a beber,
Lentamente, lentamente...Se puso a beber y a cantar. Y la bella anfitriona a llorar,
Lentamente, lentamente…
¿Qué pasa, bella anfitriona?
                                                                        

Lentamente, lentamente...
¿Echa de menos su Vino blanco?
Que el marinero bebe de paso,
Lentamente, lentamente...
No es mi vino al que lamento,
Lentamente, lentamente...
Es la muerte de mi marido, Señor usted se le parece mucho,
Lentamente, lentamente...
El pobre marinero vacía su copa,
Lentamente, lentamente...
Sin dar las gracias y...llorando, Se regresa a su barco,
Lentamente, lentamente...


Y siguiendo nuestras consideraciones sobre el vino y el proceso de su obtención, les recordaré que a la Vendimia le sigue la separación de las raspas y el chafado o cuidadoso prensado de las uvas. Luego el tradicional pisado; hoy en día sustituidos los troqueles de madera utilizados por los romanos por las modernas Prensas Mecánicas que permiten obtener un mayor rendimiento... Luego el colado, el sulfitado de los mostos, el coupage o mezcla, la siembra de levadura, la fermentación, el descube, la selección de variantes, los trasiegos, el relleno de las mermas, la clarificación, la filtración, centrifugación, pasteurización, refrigeración, la corrección, la crianza, maduración y finalmente, el embotellado… ¡Un largo proceso de muchas horas de trabajo en el cual debemos pensar y valorar al descorchar una botella!

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