Sobre Vinos, Canciones y Fados (IV)
Hoy,
simplemente una buena “Mimosa” y ahora, retomemos en esta nota el proceso evolutivo de
la Canción, y recordemos que la intensa actividad de aquellos juglares
ambulantes que, en las calles cantaban y contaban anécdotas, traían y llevaban
comentarios satíricos de corte y practicaban acrobacia, malabarismos y juegos,
sirviéndose de instrumentos populares, comenzaron a participar en fiestas de
soldadesca y de allí pasaron a divertir en las fiestas palaciegas y a servir
con toda fidelidad a sus Troubadours
o Trovadores, poetas de la nobleza del sur de Francia, que preferían temas
líricos o románticos y cantos de amor en sus Trovas; y/o también, a los Trouvères o Troveros, poetas cantores
pertenecientes también a la nobleza feudal del norte de Francia, que cantaban
los grandes hechos y hazañas de guerras y combates. De esta forma, se
convirtieron aquellos juglares, que eran en esencia Músicos trashumantes o nómadas en Ministriles o servidores que
llegaron a caracterizarse hasta por sus vestiduras de chaquetas rojas y trajes
de colores, divididos verticalmente, tales como los usados más tarde por los
Bufones de Palacio. Uno de los más antiguos y famosos trovadores franceses fue
el Séptimo Conde de Poitiers, Guillermo IX Duque de Aquitania
(1071-1127). Su esposa la condesa Beatriz de Día o Commtessa de Dia o
Die (c.1140-1176) y la hija de ambos, Leonor de Aquitania (1120-1204),
fueron también famosas Trobairitz o Trovadoras. En los
siglos XII y XIII, aparecieron en Francia, España y Portugal, otros juglares a
los cuales refieren las crónicas con los nombres de Lourenço (c.1252.-1284),
cantor en la corte española de Alfonso X El Sabio; Pai Soares de Taveiros, Pero
da Ponte, Alfonso Eanes do Cotón, Juan Zorro, MartinCodax, primero juglar y
luego poeta y cantor galaico-portugués; Gaucelm Faidit (1180-c.1202), Elias
d´Ussel (c.1170-c.1225), JauffréRudel (m.1150) Marcabrú (c.1114-c.1162),
Bernard de Ventadour y luego, los más originales cultores de ese arte popular,
como lo fueron en Francia: Thibaut de Champagne (1201-1250) quien llegó a ser
rey de Navarra; Blondel de Nesles (c.1180-1200); Colin Muset, “ministrello” y
cantor de modesta condición, autor de obras que reflejan un gran sentido del
humor; otro ministrello muy famoso en Francia fue Adenez, llamado El
rey de los ministrellos –y de quien, por cierto, existe un hermoso grabado
de la época donde aparece cantando su poema Diomades
a la reina de Francia- y finalmente, el
muy famoso Adam de la Halle (1240-1287), quien se consagró como el gran maestro de este último periodo.
De esta manera, paulatinamente, los juglares se establecieron en las ciudades y
organizaron corporaciones para defenderse contra la competencia de otros
músicos vagabundos "que podían amenazar su estabilidad".
No hay comentarios:
Publicar un comentario