Sobre Vinos, Canciones y Fados (V)
En nuestra entrega de hoy, recomendamos una buena copa de Cognac V.S.O.P OTARD, resultado de un proceso de
envejecimiento de ocho años en barrica; y ahora les cuento:
Con la fundación de
las universidades en el siglo XIII, muchos jóvenes teólogos de todas las
naciones salieron a los caminos. No se podría afirmar que no poseían estudios
completos pero también se sabe que llevaban una vida alegre, componían
canciones que hoy llamaríamos contestatarias o de protesta, jugaban por dinero
y, como afirma Paul Henry Láng, eran
bebedores sin tasa. Estos "atípicos clérigos" eran llamados, Goliardos, del latín Gens
Goliae o Gente del Diablo, según algunos pero según otros, el nombre deriva de
Golias, -el legendario archipoeta antepasado de Pantagruel y de Panurgo, uno de
los famosos personajes del escritor, médico, humanista profesor y monje
benedictino francés del Renacimiento, Francisco Rabelais-. Los Goliardos
aparecen y deambulan por Francia y de allí hacia los países vecinos; eran una
especie de clérigos disidentes o vagabundos intelectuales, que utilizaron el
latín arcaico cuando no macarrónico para cantar a los placeres, al vino y al
erotismo, muchas veces parodiando cantos litúrgicos y sustituyendo los textos
del Oficio Divino por versos profanos. Por ejemplo: a la famosa Secuencia
Mariana del siglo XI que dice:
Verbum bonum et
suave personemus illud Ave... lo cual se traduce, Con palabra dulce y suave cantaremos esta Salve... como vemos,
se le cambiaba el primer verso así: Vinum bonum et suave... Así mismo,
al Ave Virgo Benedicta... (Bendita Salve Virgen...) Se le cambiaba por: Alba
limpha maledicta....(Maldita agua clara...). Es interesante observar que, a
pesar de lo profano y secular que fuera la intención de los cantos populares de
estos poetas del latín medio, les resultaba muy difícil sino imposible,
alejarse totalmente de la Iglesia. Y en muchas de estas composiciones, más que
una burla grotesca se pretendía crear efectos cómicos y parodias satíricas.
Tendencia promovida muchas veces, como una derivación de las enseñanzas de
profesores de la Sorbona, quienes presumían de continuadores de las doctrinas
del gran filósofo árabe-español Averroes (1126-1198) quien declaraba a la fe
libre de toda atadura y se rehusaba a aceptar cualquier dogma. Es precisamente,
en este momento histórico cuando están de moda las muy famosas canciones
llamadas Carmina Burana, en las cuales se inspira y constituyen su
material musical básico para su obra homónima, Carl Orff; canciones escritas en
Latín Monacal y en las cuales se critican costumbres y vicios de la sociedad y
a las cuales no debemos incurrir en el error de generalizar y confundir, como
muchas veces se hace, con el denominativo de Canciones Goliardas. Que
eran otra cosa totalmente distinta.
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