lunes, 16 de junio de 2014

SOBRE VINOS, CANCIONES Y FADOS

Sobre Vinos, Canciones y Fados (I)




He querido iniciar una nueva serie de comentarios esta vez, enológicos y musicales. Comenzaré recordando uno de los más celebrados y conocidos valses de Johann Strauss Jr., por una razón fundamental, porque su título y su música, resumen el propósito de esta serie de artículos. Strauss, exalta en su obra tres maravillas de nuestro mundo: el Vino, las Mujeres y las Canciones... yo agregaría al título, el Pan y estoy seguro que Strauss estaría de acuerdo conmigo, porque al igual que el Vino, las Canciones, entre ellas los Fados y también, por qué no, las mujeres; el pan es el resultado de un noble proceso de muchos meses de trabajo, paciencia, arte y tecnología humanas y representa una de las grandes especialidades y aportes de la comunidad portuguesa, aquí en Venezuela y también en el mundo. Y es que, en realidad, dentro de la generalidad que implica el titulo de este nuevo ciclo de notas: Sobre Vinos, Canciones y Fados en esta primera nota, voy a referirme específicamente, al tema del Vino. Debo aclarar que, no pretendo hacer una Historia del Vino, ni mucho menos, una historia de la canción y de los fados. He querido que nuestra “Primera Conversación Escrita” –como me gusta llamarla- atienda al disfrute anecdótico y sobre todo, a estimular a mis lectores para que puedan paladear con toda concentración las uvas que aguardan por nosotros, embotelladas, tras haber cumplido ese hermoso proceso de transformación natural y tecnológico. Mientras tanto, les invito a descorchar una buena botella bien fría de Oporto Branco de la Casa Ramos Pinto, excelente aperitivo y colocarla muy cerca para que lentamente, a medida que lean esta nota, vayan disfrutando de las excelencias de esa maravilla de la naturaleza. En la entrega de hoy me concretaré a recordar alguna de las más antiguas referencias y antecedentes de la historia del vino, a partir de aquellos jarabes espesos, concentrados por la cocción de la pulpa de la uva, que sirvieron de alimento tonificante y hasta de edulcorante en las más antiguas civilizaciones humanas, se llegó luego –y hablo de hace unos diez mil años- a la elaboración de vinos en Jericó, el Asia Menor, donde por cierto, se han encontrado prensas de más de ocho mil años y también, en Mesopotamia, donde además de la viticultura y la elaboración del vino, se conoció y practicó tempranamente –según nos cuentan los documentos históricos- la tramposa adulteración

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