Sobre Vinos, Canciones y Fados (IX)
Para hoy les invito a familiarizarnos con el Vértice Super Reserva, es un excelente espumante de cualidad superior, elaborado siguiendo el Método Clásico a partir de una rigurosa selección de cepas cultivadas en las laderas del Douro.
Y sigamos con nuestra historia: Luego de la
música de los juglares, trovadores, troveros y segreles medievales, surgió en
Francia, bajo el reinado de Felipe-Augusto (1180-1223), L´École de Notre-Dame
del siglo XIII, con sus dos grandes maestros del Ars Antiqua, Leoninus, llamado
Optimus Organista y su sucesor Perotinus conocido como Magnus,
pero la música de estos compositores se circunscribió principalmente, al ámbito
del Templo, ya que ambos fueron Maestros de Capilla de la Catedral parisina.
Sin embargo, las reformas musicales que lograron, fueron decisivas para la
evolución del arte de la polifonía. Más tarde, en el siglo XIV, llegará el Ars
Nova francés, inicio del movimiento renacentista pero con restos de la pesada
atmósfera de finales del Medioevo, también con dos nombres memorables: Philippe
de Vitry (1291-1361) y especialmente, Guillaume de Machaut (1300-1377), autores
de hermosas canciones y, este último, de la primera Misa totalmente polifónica de autor
conocido (Messe de Notre-Dame, 1364). Mientras tanto, en la cultura italiana y al amparo y protección de las familias de la nobleza, surge el Arte de la Canción
Profana para voces masculinas a cargo de la aristocracia, que sentía más de
cerca el espíritu del Renacimiento. Se destacan en Milán, los Visconti y los
Sforza; en Verona, los Della Scala; en Mantua, los Gonzaga; en Padua, los
Scaligeri y los Carrari; y los D´Este en Modena y Ferrara. Se musicalizan
frecuentemente los textos de Petrarca (+1374), Boccaccio (+1375) y Sacchetti
(+1400). Aparecen los Madrigales y las Caccia, composiciones cuyos temas eran los amoríos, las cacerías y otras escenas turbulentas. A partir de 1365, se hace frecuente la composición de Batallas a voces; A voz e
instrumento; e Instrumentales solamente.
Pero aquellas viejas canciones de los juglares y trovadores a pesar de estar
escritas apegadas al latín y con cierto aire monástico, solían ser muy
sensuales y poseedoras de gran vena lírica, así decían por ejemplo: Jam
dulcis amica, uenito, Quam sicut cor meum diligo, Intra in cubiculum meum, Ornamentis cunctis ornatum... (Ya entrarás mi dulce amiga, Cual mi corazón querida, En
mi cuarto harás tu entrada, Linda, con primor adornada). La Canción se había consolidado. Ahora, evolucionará se
desarrollará y alcanzará tanto al género académico como a la producción popular
de todos los tiempos; los más variados estilos y las más curiosas voces;
canciones alegres y canciones tristes, canciones populares y académicas,
canciones de Schubert o canciones de Juan Gabriel, canciones de Fauré y
canciones de Bécaud, canciones de Hector Berlioz, canciones de Ronsard,
canciones de Clément Marot y canciones de Georges Brassens, canciones de
Agustín Lara, canciones Ilan Chester y Simón Díaz, canciones de los Beattles y
canciones de Los Amigos Invisibles, Cançoes y trovas de Francisco de Lacerda,
Claudio Carneyro ó Fernando Lopes-Graça y Cançoes populares portuguesas; con
ellas y muchas más, podríamos llenar muchas bibliotecas musicales y depósitos
de grabaciones. Pero mi recomendación es que posean, aunque sea modesto, un
Archivo Musical con la colección personal de buenas canciones; esto siempre
será satisfactorio, motivo de orgullo y de especiales recuerdos.
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