Sobre Vinos, Canciones y Fados (VI)
Si hablamos de Armagnac, se me ocurre
recomendarles hoy, acercarnos a un curioso ejemplar de hermoso color
dorado intenso, con aromas de hierbas, uvas pasas y madera; se trata del Saint-Vivant
Armagnac V.S.O.P. que en boca, se torna suave, dulce y con un sabor
persistente…Otra opción puede ser un buen Armagnac Castarède X.O. producido
por la más antigua Maison d´Armagnac
fundada en el año 1832, en
Mauléon-D´Armagnac, Gers, Francia.
Pero continuemos con la
historia de la Canción: La presencia de
los Juglares
sirvió para el desarrollo del Teatro y de la Música durante la Edad Media, se
les llamó Ministriles, Ministrellos o Minnesänger por su aceptación y participación al servicio de las cortes, la cual cada día
cobró mayor importancia para las actividades cotidianas, banquetes, fiestas y
amoríos, además estos cantores pasaron a ser mediadores entre el arte y el
pueblo de manera especial, a partir del siglo IX. De igual manera, comenzaron a ser contratados por los Trovadores y
Troveros para que divulgaran, de pueblo en pueblo, sus composiciones musicales. Hasta ese entonces, el repertorio de los juglares se transmitía y conservaba igualmente, de manera oral pero los avances en la teoría y la escritura musical que desarrollaron los teóricos para la música litúrgica sistémica occidental durante los siglos VII, VIII y IX, fueron prontamente aprovechados para escribir y consignar parte del repertorio popular de estos cantores. Nacía pues, LA CANCION y sus genuinos primeros cantores profesionales.
En el Período
Medieval, los Trovadores del Sur y los Troveros del Norte produjeron gran
cantidad de Formas
de Canción: Las de Tipo Letanía, en las cuales se exponían antiguas
epopeyas en verso (Canción o Cantar de Gesta). Las de Tipo Secuencia. Las de
Tipo Himno y las de Tipo Rondel (balada, virelai y rondeau).
Según el contenido
de sus letras, las canciones se agrupaban en: Chanson, canciones de amor, anhelo, ilusión; Alba, canciones de separación; Pastorella,
canciones de amor bajo, caballeros enamorados de campesinas, etc.; Sirventés, canciones de contenido
político, moral o social; Canción de
Cruzadas, relatos, recuerdos, etc.; Lamentación
o Planch, canciones fúnebres a la
muerte del amo o Señor; Jeu Parti, Tenso o Partimen, canciones de diálogo o disputa; y Ballades, o canciones para el baile.
En la Baja Nobleza también existían cantores profesionales que componían
música y versos mediante el pago de una remuneración por su trabajo. Eran
hombres que no solían ser bien vistos
socialmente; en ocasiones, nobles descalificados pero con buenas dotes y
cualidades musicales y poéticas que hacían su trabajo como profesionales que exigían pago o retribución por sus servicios. Se
les llamó Segreles. Los juglares, trovadores, troveros y también los segreles,
además de ser los cantores populares por excelencia e introducir muchas formas musicales novedosas, tanto por su estructura como por su temática; aportaron al desarrollo de
la música, la introducción de numerosos instrumentos musicales que hasta entonces, estaban relegados o proscritos ante el
predominio de la música litúrgica, ceremonial y ritual.
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