En
los albores del S.XIX y durante ese siglo, descolla la figura del portuense Juan
Bautista de Silva Leitão de Almeida Garrett, más conocido como ALMEIDA
GARRETT (1799-1854), creador del teatro moderno portugués y
promotor del Teatro Nacional de
Lisboa, dramaturgo, autor de Frei Luís de Sousa y quien fuera,
como lo define José Saramago: maestro
de viajeros. Es también autor de relatos como Viagems na minha Terra y
otras muchas obras.
A partir del S. XIX,
podemos reseñar autores de gran trascendencia e importancia que revolucionarán la literatura portuguesa, tales como el
fecundo escritor, CAMILO CASTELO-BRANCO (1825-1890), novelista, dramaturgo y
poeta, cultor de un magistral estilo
realista y autor, entre otras obras, de Misterios de Lisboa
(1854), Amor de Perdição, A Brasileira de Prazins y Romance
de un Hombre Rico.
En
cuanto a la Historia, durante el S. XIX, es preciso mencionar la obra de ALEXANDRE
HERCULANO (1810-1877), no sólo por el magnífico estilo literario de su Historia
de Portugal, sino también por su contribución a la desmitificación,
seriedad y disciplina científica con las que aborda el tema. Es además, autor
de las novelas El Padre Eurico, El Monje de
Císter y también, de varios poemas.
No
podemos dejar de mencionar al poeta y pedagogo João de Deus (1830-1896),
quien además de legar un famoso Método de Aprender a Ler, escribió
obras como Campo de flores, además, tuvo una gran proyección y fue
acreedor a un Homenaje Nacional, el
cual le fue rendido unánimemente, en 1895; citamos su famoso epigrama:
“Existe
entre el rey y el pueblo
por cierto
un acuerdo eterno:
forma el rey
Gobierno nuevo,
luego el
pueblo es del Gobierno
por aquel
acuerdo eterno
que existe
entre el rey y el pueblo...”
En plena transición hacia el Siglo XX,
nos encontramos con la obra literaria del también poeta y escritor
Camilo Pessanha (1867-1926), autor de Clepsidra y China;
las cuales son representación de una notable obra poética simbolística
portuguesa:
“Meus olhos
apagados,
Vede a água
cair.
Das beiras
dos telhados,
Cair, sempre
cair”...
Así
como la del lisboeta MÁRIO DE SÁ-CARNEIRO (1890-1916),
poeta de noble estirpe pero de vida atormentada y autor también, de prosa
narrativa, quien participó activamente en la Revista Orpheu y es autor de Indícios de Oiro, Poesías,
Dispersão:
“Corro em
volta de mim sem me encontrar...
Tudo ascila
e se abate como espuma...
Un disco de
oiro surge a voltear...
Fecho os
meus olhos com pavor da bruma”...
Y
la de los recordados Manuel Laranjeira (1877-1912) poeta,
dramaturgo y ensayista, autor de Amanhã, el libro de versos Comigo,
Cartas,
Pessimismo
Nacional; el no menos conocido escritor Raul Brandão (1867-1930)
con sus obras El Rei-Junot, A Farsa, Húmus, Os
Pescadores, la obra teatral O Rei Imaginário, Jesús
Cristo em Lisboa.
Destaca
así mismo, la poeta alentejana nacida en Vila Viçosa, FLORBELA ESPANCA (1894-1930),
discípula de Antero de Quental,
autora de poemas de gran belleza, Charneca em Flor, Diário
do último Ano y Livro
da Mágoas:
“Quem me
dera encontrar o verso puro,
O verso
altivo e forte, estranho e duro,
Que dissese,
a chorar, isto que sinto”...
Y
el no menos importante poeta CESÁRIO
VERDE (1855-1886),“para quien el
pueblo, la gente trabajadora, iba más allá de la referencia estrictamente
pintoresca o la simpatía paternalista” y ANTÓNIO NOBRE (1867-1900),
de importancia fundamental dentro del proceso de renovación estilística de la poesía portuguesa del siglo XIX:
“...Tende
cautela, não voz faça mal...
que é o
livro mais triste que há em Portugal...”
escribe este autor,
refiriéndose a su propia obra Só, escrita en Francia.
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