jueves, 10 de julio de 2014

EL TANGO...Sus orígenes (V)

            Ya libre de los obstáculos del prejuicio rayano en la abominación que cierta gente sentía ante su solo nombre, el Tango tuvo acceso a todos los ambientes de la sociedad. Había dejado de ser la música para hombres de determinada condición –no la más alta  en la escala de los valores convencionales, en realidad- y, en consecuencia, las damas tenían derecho a escucharlo y bailarlo. Señoras y niñas se sumaron, entonces, a la larga caravana de adoradores y oficiantes del Tango, redimido por la fuerza irrefrenable de su caudal melódico y su sustancia sentimental.

            De ese modo, la mujer pudo oírlo en los lugares más diversos, firuletearlo en la danza y cantarlo con pasión o delicadeza, según cuadrara. Los autores de letras de Tangos, sin embargo, no le ahorraron sinsabores, acusaciones y deslealtades, como si no tuviese virtud alguna.
           
            En cualquier aspecto que quiera contemplarse, el Tango ha llegado hasta sus formas actuales merced a las evoluciones por las cuales cruzó a lo largo de su marcha en el tiempo.

            Hubo un momento en el cual se comprendió, por parte de sus cultores inteligentes, que era indispensable modificar la expresión instrumental para que estuviese a tono con la importancia cada día creciente del Tango. Allí hay que buscar el origen de las grandes orquestas típicas, con su alineación de bandoneones, violines, piano y contrabajo, que infundieron una voz poderosa pero armónica a la melodía tanguera.


El maestro FRANCISCO CANARO (1888-1964), cuyo nombre completo era Francisco Canarozzo, fue uno de los pioneros del TANGO ORQUESTAL, junto a otras figuras como el director, intérprete y compositor Roberto Firpo (1884-1969); el violinista, compositor y director Julio de Caro (1899-1980);  el maestro Osvaldo Nicolás Fresedo (1897-1984) y el bandoneonísta y director de orquesta Anselmo Aieta (1896-1964); entre los precursores, alistaron conjuntos de formidable calidad, prestigio y resonancia. HABÍA EMPEZADO ASÍ, UNA NUEVA ÉPOCA PARA EL TANGO.

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